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Jarabe de agave

Hace 30 años, el siro­pe de aga­ve toda­vía era una autén­ti­ca rare­za en Ale­ma­nia, pero hoy for­ma par­te inte­gran­te de todos los super­mer­ca­dos. Pero, ¿es el susti­tu­to del azú­car una alter­na­ti­va real al azú­car domé­sti­co nor­mal des­de el pun­to de vis­ta de la salud? 
Vaso con sirope de agave y cuchara
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El siro­pe de aga­ve, tam­bién cono­ci­do como jugo de aga­ve o siro­pe de aga­ve, se obtiene de diver­sas espe­ci­es de aga­ve mexicano.

¿Qué pensar del sirope de agave?

Dado que el jara­be de aga­ve es un jara­be refi­na­do, no es bene­fi­ci­o­so para la salud. 

Nues­tro autor favo­ri­to tam­bién dice que el siro­pe de aga­ve es… hon­go cán­di­da nut­re y tam­bién pue­de ser­vir poten­cial­men­te como ali­men­to para patógenos.

Una mejor opción que el sirope de agave

Todos estos son edul­co­ran­tes mara­vil­lo­sos y al mis­mo tiem­po muy cura­tivos. Todos ellos se pue­den con­su­m­ir en mayo­res can­ti­d­a­des. Sin embar­go, se debe tener en cuen­ta la com­bi­nación des­fa­vorable de azú­car con dema­sia­das grasas.

Otras posibles alternativas al sirope de agave

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