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¿Cómo empezar a cambiar su dieta de forma compatible?

Si has deci­di­do cam­bi­ar tu die­ta, pro­ba­blem­en­te te estés preg­un­tan­do por dón­de empe­zar. Este artí­cu­lo le mues­tra los pasos más importan­tes para comenzar. 
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El cam­bio de hábi­tos ali­men­ta­ri­os no debe rea­li­zar­se de for­ma radi­cal y de una vez, sino paso a paso. Nues­tro autor favo­ri­to siemp­re seña­la en sus escri­tos y pro­gra­mas de radio que cada uno es dife­ren­te y tiene su pro­pio rit­mo. Su lema es: ¡Hoy es el día para dar el sigu­i­en­te paso!
No dice que haya que esca­lar toda la mon­ta­ña en un día, sino paso a paso, a un rit­mo indi­vi­du­al, en fun­ción de la situ­ación indi­vi­du­al de cada individuo.

Estos son los pasos individuales.

  • Empie­za la maña­na bebi­en­do 0,5 litros de agua con limón. Para ello se toma agua pura a la que se le ha aña­di­do el zumo de medio limón (sin pul­pa). Esta agua de limón garan­tiza que todas las sus­tanci­as que tu híga­do fil­tró duran­te la noche pued­an salir del cuer­po. Si hay muy poco líqui­do, la mayor par­te per­ma­nece en el cuer­po en lugar de excre­tar­se como se esperaba.
  • A con­ti­nu­ación reco­mien­da los 3 com­ple­ment­os nut­ri­cio­na­les bási­cos más importan­tes. Estos son Vit­ami­na B12 (ade­no­si­lo y metil­co­ba­la­mi­na), Zinc y vit­ami­na C.
  • Otro paso es beber 0,5 litros de jugo puro de apio todos los días en ayu­nas por la maña­na. Si bebis­te el agua con limón de ante­ma­no, espe­ra al menos 20 minu­tos antes de agre­gar el jugo de apio. El jugo de apio es un reme­dio muy efi­caz, pero no susti­tuye al desayu­no por­que el zumo con­tiene sólo unas pocas calo­rí­as. Para 0,5 litros de jugo de apio recién expri­mi­do se nece­si­ta al menos un tal­lo de apio ente­ro, lo que siemp­re depen­de del tama­ño y la cali­dad. Lo ide­al es uti­li­zar apio orgá­ni­co. Sin embar­go, si esto no es posi­ble, reco­mien­da cepil­lar bien el apio con­ven­cio­nal con una gota de líqui­do lava­va­jil­las orgá­ni­co en el agua de lava­do. No se reco­mien­da el bicar­bo­na­to de sodio. El jugo ya no debe con­te­ner tro­zos de fibra, de lo con­tra­rio será pro­ces­ado y dige­ri­do por el trac­to diges­tivo. Sin embar­go, debe pasar prác­ti­ca­men­te sin obstá­cu­los por el trac­to diges­tivo para que pueda des­ar­rol­lar sus efec­tos bene­fi­ci­o­sos en todo el cuer­po. Enton­ces, si con­tiene fibras, páse­lo nue­va­men­te por un cola­dor o un cola­dor. Bol­sa de leche de nue­ces.

Cual­quie­ra que ya haya podi­do inte­grar estos pri­me­ros 3 pasos en su ruti­na dia­ria podrá ir incor­poran­do poco a poco los sigu­i­en­tes pasos.

¿Qué se puede cambiar a continuación?

  • Es una mara­vil­losa ayu­da para la desin­to­xi­ca­ción dia­ria. Bati­do desin­to­xi­can­te de meta­les pes­ados beber. Encon­trarás infor­mación detal­la­da sob­re esto en la sigu­i­en­te rece­ta. El HMDS Mucha gen­te lo bebe por la maña­na por­que es bue­no. Desayu­no reemplazado.
  • Ade­más, es importan­te eli­mi­nar los llama­dos no ali­ment­os de for­ma pau­la­ti­na y a tu pro­pio rit­mo. Estos incluy­en hue­vos, pro­duc­tos lác­te­os, glu­ten, car­ne de cer­do, maíz, soja, acei­te de colza, acei­te de canola, glut­ama­to y pes­ca­do de acui­cul­tu­ra. Todos estos son ali­ment­os que ali­men­tan virus y bac­te­ri­as o ejer­cen una pre­sión exce­si­va sob­re el híga­do y difi­cul­tan mucho sus tareas.
  • Al mis­mo tiem­po, se aumen­ta la pro­por­ción de ali­ment­os reco­mend­ados. Ent­re ellos se incluy­en, sob­re todo, fru­tas y horta­li­zas, hier­bas y espe­ci­as, plan­tas sil­ves­tres y Miel. Cuan­do se tra­ta de ver­du­ras en par­ti­cu­lar papas, pata­tas dul­ces y cala­ba­za.

Al no eli­mi­nar nin­gún ali­men­to y aumen­tar la can­ti­dad de fru­tas y ver­du­ras, se esti­mu­la una mayor desin­to­xi­ca­ción en el cuer­po. Cada vez que evita­mos no comer es un paso en la dirección cor­rec­ta, por peque­ño que parez­ca. No se tra­ta de estres­ar­te con cam­bi­os est­ric­tos y rigu­ro­sos y sen­tir que te qued­as sin y qué debo comer todo el tiem­po. Haz­lo a tu pro­pio rit­mo y no te exi­jas ni a ti ni a tu cuer­po. Man­tente en la dirección cor­rec­ta, pero no cor­ras a gran velo­ci­dad, eso sim­ple­men­te no es divert­ido. Recuer­da que al cuer­po le toma tiem­po regu­lar­se y tener paci­en­cia con­ti­go mismo.

Es aquí don­de el zumo de apio desplie­ga uno de sus mara­vil­lo­sos efec­tos. Entra en el sis­te­ma diges­tivo, se absor­be en la pared intesti­nal y tam­bién lle­ga al híga­do.
La importan­te fun­ción de fil­tra­do del híga­do ya no se pue­de rea­li­zar de for­ma ópti­ma si el fil­t­ro está blo­que­a­do por células gras­as o toxi­nas. No espe­ra­mos que una bol­sa de aspi­ra­do­ra fun­cio­ne al máxi­mo si no cam­bia­mos el fil­t­ro con regu­la­ri­dad. Afort­una­da­men­te, es muy fácil ini­ci­ar nue­va­men­te este pro­ce­so de lim­pie­za hepá­ti­ca. El jugo de apio jue­ga un papel cru­cial aquí, ya que ayu­da a eli­mi­nar todas esas toxi­nas que nues­tro autor favo­ri­to llama “albo­rot­a­do­res”.

Si se preg­un­ta qué se pue­de alma­ce­nar en el híga­do, aquí tiene un peque­ño extra­c­to de las posibilidades:

  • per­fu­mes
  • Pro­duc­tos cosméticos
  • Gaso­li­na (llen­an­do)
  • ambi­en­ta­dor
  • Pesti­ci­das
  • her­bici­das
  • meta­les pes­ados tóxi­cos como mer­cu­rio, alu­mi­nio y cobre
  • medi­ci­nas viejas
  • Pató­ge­nos como virus y bac­te­ri­as y sus pro­duc­tos de des­echo vira­les y toxi­nas, espe­cial­men­te el virus de Epstein-Barr, HHV‑6 y HHV‑7, cito­me­ga­lo­vi­rus, estrep­to­co­cos y E. coli.

Medio lit­ro de bebi­da recién expri­mi­da al día en ayu­nas jugo de apio Beber es un arma pode­ro­sa en la lucha por un peso cor­po­ral satisfactorio.

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